Sánchez prepara inversiones en Andalucía y Castilla y León para evitar que adelanten las elecciones

Los rumores de adelanto electoral en Andalucía y Castilla y León pesan cada vez más en el Palacio de La Moncloa. En el complejo presidencial hay miedo a que los presidentes Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco puedan pulsar el botón nuclear y evidenciar el primer fracaso electoral del proyecto socialista que dirige Pedro Sánchez. En ambas comunidades, sus candidatos -Juan Espadas en Andalucía y Luis Tudanca en Castilla y León-, tienen malas previsiones. Un batacazo a año y medio de las generales podría complicarle mucho las cosas al presidente del Gobierno. Es por eso que, aunque sea beneficiar a gobiernos liderados por otros partidos, Sánchez sacará el talonario para disuadir a Moreno y Mañueco de ir a las urnas.

En el caso andaluz, una de las opciones que se barajan en Moncloa es la activación de una mesa bilateral entre administraciones, ya recogida en el Estatuto de Andalucía. A través de este foro, similar al que ya existe en otras comunidades como Cataluña, los gabinetes de Sánchez y Moreno estudiarían temas como la mejora del sistema de financiación, una reivindicación de San Telmo y que le daría aire al partido del presidente andaluz. Desde la Junta sostienen que el Gobierno les debe 10.835 millones de euros que ahora el Ministerio de Hacienda podría empezar a devolver. De momento Juan Manuel Moreno sostiene que no tiene intención de adelantar los comicios, pero en Andalucía y Madrid todo el mundo cree que la disolución del parlamento puede ser cuestión de días.

Con el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco las cesiones de Sánchez podrían ir encaminadas a satisfacer sus peticiones el campo económico para sostener los gastos extras derivados por la gestión de la pandemia. Aunque Moncloa descarta la reactivación de los fondos Covid, como pide el mandatario castellano, el Ejecutivo podría hacer transferencias puntuales a esta comunidad para no comprometer sus finanzas. Como con Moreno, con Mañueco el Gobierno también se abre a hablar del reparto y el uso de los fondos europeos de recuperación, de tal forma que la opinión de sus administraciones tenga más peso. El presidente de Castilla y León ya ha manifestado que se le hace complicado seguir gobernando con las mayorías actuales, con un acuerdo con Ciudadanos, y cree que un adelanto le daría más estabilidad.

Evitar un fracaso electoral

Sánchez, con el dinero público de todos, está dispuesto a cualquier cosa para retrasar lo máximo posible un fracaso electoral de sus candidatos. Sobretodo en el caso de Andalucía, cuyo candidato es una imposición directa del secretario general PSOE que adelantó las primarias para quitarse de encima a Susana Díaz. El resultado de Espadas, que nada hace prever que pueda recuperar la presidencia de la Junta, será leído como una derrota o una victoria del jefe del Ejecutivo. Y a un máximo de año y medio de las próximas elecciones generales, previstas para 2023, una debacle electoral pondría contra las cuerdas a Sánchez y su relación con Podemos y la oposición.

Valencia pendiente de Andalucía

Otra autonomía que podría pasar por las urnas de forma inminente es la Comunidad Valenciana. Con el fin de aprovecharse de la ruptura total en Podemos y la división que hay en Compromís, sus socios de gobierno, Ximo Puig planea repetir la operación de hace dos años convocando elecciones anticipadas. Aunque los sondeos le dan de nuevo la victoria, en esta ocasión el nuevo PP de Carlos Mazón le pisa los talones. Las mayorías parlamentarias, sin embargo, le permitirían revalidar la presidencia. Sea con un Botánic 3 o con alianzas puntuales.  El barón socialista está esperando que Moreno o Mañueco muevan ficha para sumarse al carro y aprovechar la jornada electoral.